Las disciplinas espirituales son las prácticas espirituales personales y en comunidad del pueblo de Dios. Son vitales para nuestra formación espiritual como seguidores de Jesús. Tienen orígenes bíblicos antiguos, y cada día contribuyen a dar vida, renovación e intimidad entre Dios y nosotros, su pueblo. Cada uno tiene una forma única de ayudarnos a acercarnos a Dios y a crecer en nuestra devoción a Él. La Biblia da ejemplos de estas disciplinas en las historias del pueblo de Dios mientras adoraban y estaban en comunión con nuestro Dios viviente. La práctica de las disciplinas espirituales en nuestra vida personal requiere entrenamiento y autodisciplina para convertirlas en hábitos vivificantes (1 Timoteo 4:7-8). Las disciplinas espirituales hacen que nuestras raíces espirituales sean profundas y fuertes. Nos preparan para que Dios nos transforme (Romanos 12:1-2). Las disciplinas espirituales son la clave para permanecer en Cristo. Son formas prácticas de conectar con Dios. Las disciplinas nos permiten tener una relación íntima con nuestro creador.
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